miércoles, febrero 01, 2012

YA TENEMOS PANDAS!

Bueno, realmente son Marbella, pero nos gusta más Panda.
Todavía estábamos Javi y yo un poco desubicados cuando Manu nos manda el link de un anuncio con muy buena pinta: un Marbella preparado para el Panda Raid, con suspensión elevada, recién pintado, motor rehecho… vamos, que pintaba bien la cosa. Se puso en contacto con Victor, el vendedor, le pareció correcto todo y quedó con él el fin de semana siguiente para ir a Santander a por el coche.
Pero resulta que viendo la página de anuncios vemos otro igual; al principio creímos que era el mismo coche pero fijándonos dimos con que la matrícula era diferente: era un Marbella del mismo color, con una preparación parecida y del hermano de Victor. Así es que llamada rápida a Federico y nos pusimos de acuerdo: ya teníamos el segundo coche.

Manu y yo nos cogimos un vuelo a Santander y alli nos plantamos un sábado lluvioso a ver nuestros Pandas. La primera sensación fue muy buena: el coche está realmente bien pintado y parece que Victor ha hecho muchas mejoras. Al rato llegó Federico con el segundo y, aunque por teléfono parecía que este Panda estaba menos trabajado, en realidad sonaba mejor, estaba más limpio ¡y tenía un volante deportivo de tres brazos al que daban ganas de estrujar!


Después de pasar por la gestoría, cargamos el recambio que nos daban en los coches y salimos. Manu con matrícula de Palencia y yo de Santander.
Primera sensación: esto es enano y muy básico (mi madre tuvo un Panda, pero yo era muy pequeño y no lo recordaba bien), pero mola. El motor suena muy bien (para ser un Panda), aunque la palanca de cambios tiene una holgura considerable y el punto de embrague está muy alto (cosa lógica, según me han dicho, al ser el embrague nuevo).
Salgo detrás y voy haciéndome con los controles y botones mientras circulamos despacio, ya que está lloviendo, llevamos neumáticos de tierra y no conocemos los coches. Llega un primer badén y ¡sorpresa!: casi me como a Manu. Lógico. El coche no frena ni por favor. Al menos llevo discos y pastillas nuevos en el maletero…


Buscamos una gasolinera y nos bajamos de los coches contándonos los fallos el uno al otro, diciendo que vaya tela pero con una sonrisa enorme en la cara. Llenamos los depósitos, revisamos las presiones y nos disponemos a marchar. Pero el Panda de Manu empieza a sonar un poco feo… No aguanta el ralentí y no suena redondo. En fin. Partimos.
Salimos a la autopista y noto desde atrás que el coche palentino no va fino, lo que se constata inmediatamente al tener que seguir a Manu por una subida en segunda; esto en una autopista con lluvia, niebla y sin botón de warning…


Cogimos la primera salida que pudimos y Manu me contó que el coche iba en tres cilindros. El coche así a Madrid no llegaba y estábamos bajo la lluvia y sin herramienta ninguna (no hubiésemos podido llevar nada en el avión porque no facturamos). Manu comenzó a hacer pruebas y dio con la solución: cambió un cable de la pipa de la bujía y funcionó. No teníamos herramienta, pero sí algo de recambio.
Entonces ya todo fue rodado: llaneando a 100/110, subiendo las cuestas en cuarta a 80/90, sufriendo las vibraciones, incomodidades y desajustes varios pero, siempre, con una sonrisa enorme.


Al final, y tras haber salido de casa a las 9 guardamos los panditas en el garaje a eso de las 21. Eso sí, la paradita en Sotopalacios a por queso y morcillas era obligada.
Ahora toca comprobar como están realmente los coches…
                                       
Isaac

No hay comentarios:

Publicar un comentario